domingo, 17 de febrero de 2013

Basquiat (1996)





Dirección: Julián Schnabel
 

 Basquiat, el primer pintor negro que llego a las esferas más altas de la “elite” cultural. Y tal como anuncia el prólogo da la película: “nadie quiere ser parte de una sociedad que desprecie a otro Van Gogh”… vaya introducción, perfecta para zambullirnos en lo que el film será.

Primero quiero mencionar que la forma en la que llegue a ver esta película fue debido al libro de Gloria Camarero (Pintores en el cine), una exquisita aproximación por más de veinte películas que abordan al pintor como protagonista principal, entre ellos Picasso, Goya, Pollock, Miguel Ángel, entre otros. Sin embargo y gracias al contagio reciente que mi hermano me había transmitido por el arte expresionista fue Basquiat el que más había llamado mi atención. La siguiente acción: correr a buscar la película, al no encontrarla tuve que descargarla la cual acabo de verla ayer.



Sobre Basquiat solo conocía las fotografías que se había tomado junto a Andy Warhol y la reconfiguración que había hecho de la obra “Mona Lisa”.

En segundo lugar había comenzado a revisar la filmografía de Julián Schnabel, al cual conocía solo por la espléndida “la escalafandra y la mariposa”. Así que encontrar una unión –según yo-, entre este director y Basquiat, es un gusto que no me podía perder. El resultado: mis expectativas fueron colmadas con creces.

Basquiat para quienes aún no lo conocen es un pintor –a pesar que el termino queda como corsé, ya que este además era músico y planeaba escribir poesía también- neo expresionista y por lo tanto posmoderno, que salto a la fama a inicios de los años 80, hasta ahí casi nada sorprendente. Sin embargo este artista a la corta edad de 20 años logra engrosar un poco más la lista de genios del arte, primero como pintor callejero y de graffitis para luego dejar su huella en el arte moderno.



Este es un buen pie para mencionar la ascendencia negra de Basquiat pero a la vez francesa y americana, simbiosis que se proyecta en su obra siempre con referencias a su ascendencia y su origen centro-afro-americano,

Memorable la respuesta, en la entrevista a Basquiat en la que un incisivo periodista, interpretado por Cristopher Walken pregunta:

-          Se considera un pintor o un pintor negro

A lo que Basquiat responde:

-          (Yo) uso colores no solamente negro….

Jean Michael Basquiat fue de origen haitiano, pero crece en Nueva York, debido a su condición yonki las plazas y el cartón terminan siendo su casa y cama respectivamente. Su actividad artística comienza con ácidos escritos en graffiti por las calles neoyorquinas (graffitis que terminaron valiendo un potosí). Sin el mérito de hacer un recorrido por su biografía (ya que ese no el objetivo del post), logra llamar la atención debido a un casual encuentro con un crítico de arte, no sin antes tener un brevísimo encuentro con Warhol (el cual se convertirá en su amigo años después). 



La película de Scnabel, manteniendo la lógica del cine biopic hace un recorrido casi cronológico por la vida del artista, sin embargo este método ya clásico de abordar la vida de alguien en el cine, no deja de ser esplendido, todo depende de cómo se lo haga, Scnabel, lo hace con pulso de artista, lo cual sin duda es, a esto se debe sumar el soberbio elenco que se mandó: comenzando con David Bowie interpretando a Warhol, Benicio del Toro, Gary Oldman, Courtey Love, Dennis Hopper y Cristopher Walken en un reducido pero inigualable papel de amarillista reportero, el cual a toda costa intenta atacar a Basquiat usando la raza y el origen como argumento principal, el resultado, Walken salió escaldado en el intento.



Lo que tenemos acá es una serie de personajes de características similares, de alguna forma enrolados en el mundillo del arte, sea este callejero o de sala de exposiciones con caviar y a lo loco. Conocidos en su mayoría, acá, me refiero a los personajes no a los actores. Por lo tanto nada flojos estéticamente, esto, por el parecido físico que debían cumplir para con el personaje que encaran, lo cual nos lleva al carácter de los mismos, Si a esto sumamos los planos abiertos y quietos, el melodioso y nostálgico paisaje neoyorquino sumado a la música de fondo tenemos una película de reflexión sobria casi nublosa, esto último por la importancia dramática de los encuadres, los ambientes la tristeza y la nostalgia del artista.



Estos elementos no solo se perciben como espectador sino que son parte del personaje los cual nos llevaría de antemano a un final gris, Basquiat caminando sin dirección, demasiado drogado pero sobre todo demasiado lastimado, en esa inolvidable secuencia con una bata, caminar pausado, llagas en el rostro y una extraña epifanía se cruza por su lado, las reiteradas imágenes pop de la playa hacen su última aparición. Sin embargo el fin aun no llega Basquiat es encontrado por su amigo y surfea con una sonrisa, viento y sobre cuatro ruedas,

Al final Basquiat recuerda una historia sobre un rey cautivo y el sonido de auxilio que producía el golpe de su corona con los barrotes de su celda. Poética reflexión sobre su salida final: anunciando su salida.

Como suele suceder esta película paso casi desapercibida, salvo para algunos círculos y festivales de cine y ahora el internet. Imprescindible y recomendable, no solo para los amantes del cine sino también de las artes plásticas, y cualquier romántico en general.


Calificación:


8/10




1 comentario:

  1. No conocía nada sobre él, pero todo lo que le rodea unido a tu manera de contarlo han despertado mi interés.

    Es bueno estar de vuelta. Cuídate.
    http://popfilaxis.blogspot.com.es/2013/04/mazel-tov.html

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