lunes, 17 de septiembre de 2012

SHORTBUS


Shortbus (2006) (tu última parada)



Shortbus es la segunda película del director norteamericano John Cameron Mitchell que después de su opera prima (Hedwing and the Angry Inch; 2001), quería realizar un filme de mayor calidad técnica y estética en el cual el sexo tuviera un lugar importante. Shortbus fue rodada durante dos años y fue seleccionada y presentada en el festival de Cannes el 2006. Pero primero hablemos del argumento de la película, luego les daremos a conocer nuestras apreciaciones y comentarios


De que trata
Shortbus es una película sobre personas que viven en la ciudad de Nueva York, en los estados Unidos, un personaje de la película dice que “…Nueva York es una ciudad a la que todos acuden para tener sexo y ser perdonados”. Pero los personajes son varios, comencemos por una joven pareja homosexual integrada por James y Jamie el primero fue estrella de cine durante su niñez y el segundo es un cineasta deprimido; ambos tienen un conflicto de pareja, también esta Sofía una mujer casada que es terapeuta “sexual” o como ella prefiere llamarse “terapeuta de pareja” que nunca tuvo un orgasmo, otra personaje es Severin una dominatris de aspecto bizarro –con comportamientos y un modo de vestir diferente a lo socialmente establecido,  Todo el grupo  acude a Shortbus un local neoyorquino, diferente a todos los demás, porque allá el sexo, la cultura alternativa  y las personas “despiertas y atrevidas” tienen su lugar. Pero también es un sitio con pretensiones snobicas (que imita un comportamiento) y glamorosas (por ejemplo en la película el primer día en el que Sofía llega a Shortbus el anfitrión le explica).


La clientela de Shortbus tiene intereses de una surtida variedad. Por ejemplo James y Jamie buscan ahí al tercero en su relación monogamica,  Por este motivo ellos visitan a Sofía (la terapeuta de pareja o “sexual”) tratando de encontrar ayuda para resolver sus problemas. Ellos al mismo tiempo aconsejan a Sofía ir a Shortbus para desinhibirse
Shortbus termina siendo el lugar donde los personajes  resuelven sus conflictos mediante el sexo como terapia. Entonces el sexo no es el fin sino el medio -o terapia- para enfrentar los problemas. El sexo se presenta como medicina liberadora.
La historia se desarrolla en un momento posterior a los sucesos del 11 de septiembre (recordaran las torres gemelas en New York). Como lo menciona un personaje de la película: El 11 de septiembre es –quizás- lo único real que les a pasado en la vida.


Pero cuál es la razón para hablar hoy sobre esta película Shortbus, -sin duda- no es una de las mejores películas que he visto y tampoco uno de los mejores trabajos de su director; Cameron Mitchell que en general es demasiado autoindulgente no, logra hacer una obra perfecta. La razón es la reciente controversia -sobreexplotada- de la película boliviana: “Maleficarum” de John Ávila. Su supuesta “censura” en la Cinemateca Boliviana fue tema de conversación por varias semanas. El catalizador de esto fue el lenguaje explicito de sus imágenes (las que por cierto no existen). Ante esto Ávila respondió “…Shortbus tiene un lenguaje mucho mas explicito y no fue censurado…”. Esta es la razón por la que hablamos hoy Shortbus y de su lenguaje visual y dramático:
En Shortbus Cameron Mitchell hace una  reflexión acerca del lugar que ocupan el sexo y el placer en estos tiempos y  en el mundo occidental. Shortbus muestra que la frecuencia o la abundancia de relaciones sexuales no es una garantía para garantizar el placer entre quienes lo practican. Las emociones humanas, tal como lo menciona el mismo Mitchell, tienen una profunda relación con el sexo. Entender al sexo de manera separada de las emociones es casi una característica en las sociedades del occidente, donde “el placer es vivido como un vacio imprescindible”. Shortbus no es solo el lugar donde se reúnen las personas atrevidas sino también un retrato de la glamorosa cultura neoyorquina. Recordemos la secuencia en la que Sofía llega por primera vez a Shortbus, ahí es recibida por un cantante que a modo de anfitrión le enseña el lugar mientras le menciona lo que ahí se hace; ese día se proyecta una película que como el mismo anfitrión la define “aburrida” luego afirma que “mientras más aburridas son –las películas- mas “inteligente” se cree la gente…”


Manteniendo la línea de su primera película,  (Hedwing and the Angry Inch; 2001), Mitchell toma posición en un lugar critico frente a cultura norteamericana, no a partir de su política sino a partir de sus relaciones y sentimientos, las que terminan influyendo en la política. El mismo afirma que “en la cultura estadounidense, el miedo a cualquier relación lleva a la infelicidad, a la violencia y al conflicto”. Sin embargo dudo que esta posición cumpla su cometido ya que en Shortbus al igual que en sus otras dos películas, Mitchel coquetea con lo subversivo valiéndose de lo explicito en las imágenes, y sobre todo de tópicos culturales. Un bueno, un malo, o mejor dicho muchos buenos, una insatisfecha, un incomprendido, o muchos incomprendidos; una oscura, aunque buena personaje capaz de resolver los problemas. Es decir una serie de personajes –freaks- bastante estereotipados.


Shortbus es una película fiel a su tiempo, primero por la tendencia al cine indie (genero de cine independiente que tiene abundante banda sonora con la intención de enfatizar el estado de ánimo de los personajes; los temas tratados son los conflictos de una juventud norteamericana inconforme), pero sobre todo por el collage de personajes, bastante influenciado por el llamado cine posmoderno (parodia sustituida por el pastiche; Pulp Fiction es quizás el mejor ejemplo) (Caracterizado por el puzzle de historias entrelazadas
Sin embargo Shortbus no deja de ser una película norteamericana interesante, primero porque no sigue la fórmula del cine gringo: chico conoce chica, chica se enamora… sino mas bien –y he ahí su característica posmoderna- las historias en el cine de Cameron Mitchell se arman a modo de rompecabezas donde varias historias o solo una (como en su opera prima) están narradas con una complejidad argumental, algo pretenciosa al intentar retratar el estado del sexo en el siglo XXI –cosa que no logra-.


Shortbus, sobre todo por el trabajo de Cameron Mitchell es una interesante película comenzando por la dirección de actores, la puesta en escena pero sobre todo por el ritmo que mantiene toda la película, la dinámica en la narración –que en ningún momento se hace tediosa ni aburrida- se dice que el rodaje y la posproducción de la película duraron dos años, que valieron la pena si algo he de recordar de esta película es el inicio  en el que se muestra a la ciudad de Nueva York en animación como una maqueta y el vigoroso final en el cual toda la ciudad -maqueta- se apaga y se enciende repentinamente porque Sofía (personaje principal) tiene un orgasmo que contagia a toda la ciudad encendiéndola. Creo que finalmente me quedo con la recomendación de Bronte al decir que Shortbus es una película recomendada para contorsionistas.
A modo de pos data la película la puedes encontrar en el en Quinto Centenario, también en la Calle Comercio esquina plaza Murillo, o comunicándote con nosotros que te pasaremos nuestra copia pirata.

Puntuacion:
6/10

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